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Tributo a la Ciudad Dorada

Símbolo de elevación, poder e iluminación, la corona es la pieza que distingue a quien es elegido para personificar los valores que le hacen merecedor del título. Sin corona no hay reina, es por ello que en los Carnavales de Barranquilla la ceremonia de “La Coronación” tiene un importante espacio en la agenda de la soberana. Ese día, ella, recibe de manos de su antecesora su corona que la reconoce como la actual líder de las fiestas de los carnavales, asumiendo la importante labor de ser la embajadora cultural de la región, al ser nuestro Carnaval Patrimonio cultural, oral e inmaterial de la humanidad, declarado por la Unesco.

Los hermosos vestidos y accesorios que lucen nuestras soberanas hablan del talento, la alegría y el color de nuestra gente, sin embargo, no fue hasta el 2015 que nuestras reinas tuvieron la oportunidad de diseñar y fabricar una corona que más allá de hacerlas sentir una verdadera reina transmitiera la esencia de su reinado y el amor por su tierra. Esta importante tarea estaría en manos de una barranquillera, nuestra directora Carolina Arceri, quien interpretaría los sentimientos y deseos de nuestra soberana para plasmarlos en metal. Fundada en 2006, Carolina Arcieri es una marca homónima con más de 13 años de experiencia en el arte de la joyería, nuestra bandera ha sido durante este recorrido plasmar miles de historias en metal, siendo estas contadas desde distintos lugares del mundo, pero interpretadas por el idioma universal del amor.

El verdadero valor de nuestras joyas trasciende la belleza de los materiales que las componen. Nacen del corazón de quienes las diseñan junto a nuestra directora, Carolina Arcieri, siendo ellos los co-creadores, pero, sobre todo, la inspiración que da vida a cada pieza que se fabrica en nuestros talleres. Nuevamente tenemos el privilegio de ser los creadores de la corona de nuestra soberana y expresar a través de ella la riqueza de nuestro folklore.

Para Carolina Segebre, actual reina del carnaval, recrear en su corona la historia de estas festividades era parte importante del sueño personal de ser la soberana de nuestras fiestas. Teniendo en mente un carnaval que prometía ser “Pura Alegría” esta reina llegó a nuestro estudio de diseño desde el mes de octubre, inmensamente ilusionada, con el proyecto que entre ambas estaban por emprender. Inspiradas en la Barranquilla de Antaño y en el homenaje que la reina deseaba hacerle a Esthercita Forero se fueron dando los primeros pasos para crear el concepto de la corona.

Las letras de las canciones de “La novia de Barranquilla” fueron de especial inspiración. Reconocida por sus grandes composiciones a su tierra natal Esthercita popularizó canciones que describen hermosos paisajes y la alegría de la ciudad dorada. Las flores y palitos de mata ratón que embellecen sus calles, la cumbia que alegra a sus habitantes y hasta la luna barranquillera fueron parte del repertorio de esta gran artista que se inmortalizó en la historia de nuestra tierra dándola a conocer más allá de sus fronteras.

La forma anatómica de la pieza, así como su altura fueron elegidas por la soberana. Dorada por el sol y las arenas, como Esthercita Forero le compuso a su ciudad natal, se construye el cuerpo imponente de la corona, con más de 600 gramos de plata pura y bronce con baño de oro 24k, fusionando en una misma pieza ambas tonalidades del metal. Las ramas de los árboles que adornan la ciudad se simbolizaron en las formas curvas en color plata que cubren la corona, mientras que pequeñas hojas doradas nacen sobre ellas para cobijar sus flores. Aproximadamente unos 500 quilates de gemas naturales destellan en diferentes tonalidades, cortes y tamaños aportándole una vibrante gama de tonos violetas propias de la amatista, la gema semi-preciosa seleccionada a gusto de la reina y que hace referencia a la belleza de las flores que regalan las trinitarias en nuestros paisajes.

Es así como todos los elementos de formas, colores y texturas se entretejen para ir armando esta pieza que en su centro resguarda la llama de aquellos faroles de luceros que iluminaban las calles de la antigua Barranquilla y proyecta en todo su esplendor sobre toda la pieza que se encuentra engastada por más de 1500 piedras semi preciosas traslucidas que visten la corona completa de luz y majestuosidad.

Hoy nuestra directora, Carolina Arcieri, mira con orgullo y agradecimiento a Dios la oportunidad de nuevamente crear una pieza de joyería única, personalizada, que en esencia simboliza la identidad de una fiesta que representa a un pueblo ante el mundo y que promete regalarnos unos carnavales llenos de “Pura Alegría”.

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